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¡¡coge el tren!!

 
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caimanverde
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caimanverde

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MensajePublicado: 18 May 2020 04:47:09    Título del mensaje: ¡¡coge el tren!! Responder citando

LA CHICA DEL TREN
Hacía calor, mucho calor, demasiado calor, en aquel triste pueblo de la España profunda, incluso para un mes de julio. Eran las dos de la tarde y en las calles ya no se veía un alma. Sus escasos y envejecidos habitantes se mantenían a resguardo en sus casas, en modo siesta, como única forma de luchar contra el insoportable bochorno. El concepto de pueblo fantasma estaba plenamente justificado, como consecuencia de la España vaciada.
Sentada en uno de los bancos de la desvencijada estación, una mujer de mediana edad, con una pequeña mochila por todo equipaje, esperaba el tren de las tres y diez. En realidad era lo único que tenía claro, la hora, pero no el destino. Imposible averiguarlo en aquel deteriorado tablón de anuncios, pegado en la pared, donde colgaba, ajado y descolorido por el paso del tiempo, un panel de información en el que ya apenas se distinguía el horario y algunas letras de la estación de destino “F.L...DA.” Ya no había a quien preguntar desde que, por motivos económicos, fueron suprimiendo los empleados en todas las estaciones.
Esto no siempre había sido así, antes de que cerraran las minas todo el pueblo, incluida la estación, vivió una época de considerable esplendor. Había un jefe de estación, pero no solo eso, también, atendida por su mujer, tenía una cantina que se llamaba, como no, “Bar la Estación”.
De todo aquel apogeo ya no quedaba nada, el tiempo unido al vandalismo, lo habían dejado todo en un estado calamitoso. En el reloj que colgaba de la techumbre las manecillas se habían parado a las seis menos cuarto, lo que casi nadie recordaba era de que año.
Durante la espera su mente se afanaba en planificar el rumbo que debería dar a su existencia a partir de la etapa de invisibilidad en la que había devenido su vida. De pronto dos pitidos seguidos la sacaron de sus elucubraciones. A lo lejos se adivinaba la silueta del tren.
«Llega puntual» pensó, al observar que su reloj marcaba las tres y diez. Se puso en pie y dio tres pasos hacía delante a la espera de que el convoy entrase en la estación. La unidad, compuesta por una locomotora y un único vagón de pasajeros, se detuvo justo delante de ella, abriéndose las puertas automáticamente. Se dirigió con paso firme hacia el interior, mientras cubría este breve trecho observó a través de las ventanillas que en el vagón no iba ningún pasajero, pero fue una percepción errónea, porque justo al llegar a la puerta la visión de un individuo sentado en los asientos traseros le hizo detener su marcha al instante.
Se trataba de un hombre de mediana edad vestido con un polo Lacoste de color verde, un pantalón chino beige claro, unas alpargatas azules y tocado con un sombrero de Panamá. Se adivinaba una persona elegante a la par que discreta. Con su mano izquierda sujetaba el libro “El Decamerón" de Giovanni Boccaccio mientras en la derecha sostenía un bolígrafo “Parker” con el que de cuando en cuando tomaba notas en un cuaderno. Posiblemente tendría alguna relación con la docencia.
La mujer continuaba inmóvil delante de la puerta sin atravesarla y con la mirada clavada en aquel hombre que permanecía ajeno a todo lo que no fuera su libro y sus apuntes.
En su cabeza empezaron a apelotonarse las preguntas:
«¿quién es ese individuo con el que voy a compartir vagón? ¿un profesor? ¿quizás un escritor? ¿tal vez un académico? ¿y si resulta que es un psicópata, un depredador sexual o peor aún un asesino en serie?», y sobre todo la pregunta más importante «¿a dónde coño se dirige este tren?», demasiadas dudas y ninguna certeza. Sonó un pitido avisando de la inmediata salida del tren, pero ella continuaba inmóvil delante de la puerta, paralizada por la desconfianza y el recelo. Un segundo pitido, a continuación se cerraron las puertas y el convoy empezó a moverse lentamente alejándose del andén.
La mujer volviendo sobre sus pasos, se dirigió de nuevo hacía el desgastado banco y tomó asiento. Esta vez la demora se le antojaba larga y para entretener la espera sacó de su mochila el libro "El amor en los tiempos del cólera" y se sumergió en él.
Absorta en la lectura y desconectada de la realidad, las horas iban pasando de manera imperceptible. Hasta que de pronto unos gritos la sacaron de su ensimismamiento.
—¡SEÑORITA! ¡SEÑORITA!
Levantó la cabeza del libro y observó al otro lado de las vías, a un tipo que llevaba una caña de pescar sobre el hombro. Luego respondió con la clásica pregunta a este tipo de interpelaciones.
—¿ES A MÍ? —una pregunta que resultaba improcedente y sobre todo absurda, al no caer en la cuenta de que allí solo estaba ella.
—¿ESTÁ ESPERANDO EL TREN? —ella asintió con la cabeza.
El hombre cruzó las vías y se acercó al andén.
—Ya no hay más trenes, señorita —dijo, al tiempo que pasaba una mano sobre la otra, para reforzar el mensaje.
—¿Me está queriendo decir que hoy ya no va a pasar ningún tren?
—No señorita, lo que le estoy queriendo decir es que ya no van a circular más trenes.
—O sea que no me queda otra que volver mañana.
—Vamos a ver, preste un poco de atención —el hombre, usando el tono de alguien que está perdiendo la paciencia, continuó—, no van a pasar más trenes ni hoy, ni mañana, ni pasado, ni nunca. Esta línea es deficitaria y han decidido cerrarla para siempre.
—Pues entonces tendré que coger el autobús. ¿Sería tan amable de indicarme donde está la parada?
—¿La parada? —preguntó, mientras intentaba disimular, sin mucho éxito, una sonrisa burlona— desde que inauguraron la autopista hace tres años, los autobuses han dejado de atravesar el pueblo, ahora van directos por la nueva vía sin detenerse.
—¡Mierda! —exclamó, con una mueca de fastidio— no me va a quedar más remedio que pillar un taxi. ¿Hay algún taxista en el pueblo?
—Sí, Manolo el taxista, le dicen así porque estuvo treinta años con el taxi, pero se jubiló el año pasado.
—¿Pero como diablos voy a salir de este maldito pueblo?
—De aquí ya no hay manera salir, la última oportunidad fue el tren de las tres y diez.
—¿Entonces? —preguntó con tono resignado.
—Si me permite una sugerencia, le aconsejo que se dirija al único bar que hay en el pueblo, que también es hostal, y reserve una habitación. Estoy seguro de que va a armonizar muy bien con los huéspedes, pues todos están en una situación muy parecida a la suya y no tengo ninguna duda de que acabarán jugando al parchís todos en comandita.
—Abusando de su gentileza, ¿sería tan amable de indicarme como puedo llegar a ese hostal?
—Sí, es muy fácil. Siga por la calle Melancolía todo recto hasta el final y allí a mano derecha lo verá. No tiene perdida, porque de la fachada sobresale un gran letrero luminoso en el que se puede leer “La Posada del Fracaso”. Sí, ya sé que el nombre no resulta demasiado comercial, pero fue la peculiar manera que se le ocurrió al dueño de homenajear a su ídolo Joaquín Sabina.

En la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor,
el desamparo y la humedad
comparten colchón.

https://www.youtube.com/watch?v=vRROOrvzIqY
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MensajePublicado: 25 Junio 2020 18:38:55    Título del mensaje: Re: ¡¡coge el tren!! Responder citando

caimanverde escribió:
LA CHICA DEL TREN
Hacía calor, mucho calor, demasiado calor, en aquel triste pueblo de la España profunda, incluso para un mes de julio. Eran las dos de la tarde y en las calles ya no se veía un alma. Sus escasos y envejecidos habitantes se mantenían a resguardo en sus casas, en modo siesta, como única forma de luchar contra el insoportable bochorno. El concepto de pueblo fantasma estaba plenamente justificado, como consecuencia de la España vaciada.
Sentada en uno de los bancos de la desvencijada estación, una mujer de mediana edad, con una pequeña mochila por todo equipaje, esperaba el tren de las tres y diez. En realidad era lo único que tenía claro, la hora, pero no el destino. Imposible averiguarlo en aquel deteriorado tablón de anuncios, pegado en la pared, donde colgaba, ajado y descolorido por el paso del tiempo, un panel de información en el que ya apenas se distinguía el horario y algunas letras de la estación de destino “F.L...DA.” Ya no había a quien preguntar desde que, por motivos económicos, fueron suprimiendo los empleados en todas las estaciones.
Esto no siempre había sido así, antes de que cerraran las minas todo el pueblo, incluida la estación, vivió una época de considerable esplendor. Había un jefe de estación, pero no solo eso, también, atendida por su mujer, tenía una cantina que se llamaba, como no, “Bar la Estación”.
De todo aquel apogeo ya no quedaba nada, el tiempo unido al vandalismo, lo habían dejado todo en un estado calamitoso. En el reloj que colgaba de la techumbre las manecillas se habían parado a las seis menos cuarto, lo que casi nadie recordaba era de que año.
Durante la espera su mente se afanaba en planificar el rumbo que debería dar a su existencia a partir de la etapa de invisibilidad en la que había devenido su vida. De pronto dos pitidos seguidos la sacaron de sus elucubraciones. A lo lejos se adivinaba la silueta del tren.
«Llega puntual» pensó, al observar que su reloj marcaba las tres y diez. Se puso en pie y dio tres pasos hacía delante a la espera de que el convoy entrase en la estación. La unidad, compuesta por una locomotora y un único vagón de pasajeros, se detuvo justo delante de ella, abriéndose las puertas automáticamente. Se dirigió con paso firme hacia el interior, mientras cubría este breve trecho observó a través de las ventanillas que en el vagón no iba ningún pasajero, pero fue una percepción errónea, porque justo al llegar a la puerta la visión de un individuo sentado en los asientos traseros le hizo detener su marcha al instante.
Se trataba de un hombre de mediana edad vestido con un polo Lacoste de color verde, un pantalón chino beige claro, unas alpargatas azules y tocado con un sombrero de Panamá. Se adivinaba una persona elegante a la par que discreta. Con su mano izquierda sujetaba el libro “El Decamerón" de Giovanni Boccaccio mientras en la derecha sostenía un bolígrafo “Parker” con el que de cuando en cuando tomaba notas en un cuaderno. Posiblemente tendría alguna relación con la docencia.
La mujer continuaba inmóvil delante de la puerta sin atravesarla y con la mirada clavada en aquel hombre que permanecía ajeno a todo lo que no fuera su libro y sus apuntes.
En su cabeza empezaron a apelotonarse las preguntas:
«¿quién es ese individuo con el que voy a compartir vagón? ¿un profesor? ¿quizás un escritor? ¿tal vez un académico? ¿y si resulta que es un psicópata, un depredador sexual o peor aún un asesino en serie?», y sobre todo la pregunta más importante «¿a dónde coño se dirige este tren?», demasiadas dudas y ninguna certeza. Sonó un pitido avisando de la inmediata salida del tren, pero ella continuaba inmóvil delante de la puerta, paralizada por la desconfianza y el recelo. Un segundo pitido, a continuación se cerraron las puertas y el convoy empezó a moverse lentamente alejándose del andén.
La mujer volviendo sobre sus pasos, se dirigió de nuevo hacía el desgastado banco y tomó asiento. Esta vez la demora se le antojaba larga y para entretener la espera sacó de su mochila el libro "El amor en los tiempos del cólera" y se sumergió en él.
Absorta en la lectura y desconectada de la realidad, las horas iban pasando de manera imperceptible. Hasta que de pronto unos gritos la sacaron de su ensimismamiento.
—¡SEÑORITA! ¡SEÑORITA!
Levantó la cabeza del libro y observó al otro lado de las vías, a un tipo que llevaba una caña de pescar sobre el hombro. Luego respondió con la clásica pregunta a este tipo de interpelaciones.
—¿ES A MÍ? —una pregunta que resultaba improcedente y sobre todo absurda, al no caer en la cuenta de que allí solo estaba ella.
—¿ESTÁ ESPERANDO EL TREN? —ella asintió con la cabeza.
El hombre cruzó las vías y se acercó al andén.
—Ya no hay más trenes, señorita —dijo, al tiempo que pasaba una mano sobre la otra, para reforzar el mensaje.
—¿Me está queriendo decir que hoy ya no va a pasar ningún tren?
—No señorita, lo que le estoy queriendo decir es que ya no van a circular más trenes.
—O sea que no me queda otra que volver mañana.
—Vamos a ver, preste un poco de atención —el hombre, usando el tono de alguien que está perdiendo la paciencia, continuó—, no van a pasar más trenes ni hoy, ni mañana, ni pasado, ni nunca. Esta línea es deficitaria y han decidido cerrarla para siempre.
—Pues entonces tendré que coger el autobús. ¿Sería tan amable de indicarme donde está la parada?
—¿La parada? —preguntó, mientras intentaba disimular, sin mucho éxito, una sonrisa burlona— desde que inauguraron la autopista hace tres años, los autobuses han dejado de atravesar el pueblo, ahora van directos por la nueva vía sin detenerse.
—¡Mierda! —exclamó, con una mueca de fastidio— no me va a quedar más remedio que pillar un taxi. ¿Hay algún taxista en el pueblo?
—Sí, Manolo el taxista, le dicen así porque estuvo treinta años con el taxi, pero se jubiló el año pasado.
—¿Pero como diablos voy a salir de este maldito pueblo?
—De aquí ya no hay manera salir, la última oportunidad fue el tren de las tres y diez.
—¿Entonces? —preguntó con tono resignado.
—Si me permite una sugerencia, le aconsejo que se dirija al único bar que hay en el pueblo, que también es hostal, y reserve una habitación. Estoy seguro de que va a armonizar muy bien con los huéspedes, pues todos están en una situación muy parecida a la suya y no tengo ninguna duda de que acabarán jugando al parchís todos en comandita.
—Abusando de su gentileza, ¿sería tan amable de indicarme como puedo llegar a ese hostal?
—Sí, es muy fácil. Siga por la calle Melancolía todo recto hasta el final y allí a mano derecha lo verá. No tiene perdida, porque de la fachada sobresale un gran letrero luminoso en el que se puede leer “La Posada del Fracaso”. Sí, ya sé que el nombre no resulta demasiado comercial, pero fue la peculiar manera que se le ocurrió al dueño de homenajear a su ídolo Joaquín Sabina.

En la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor,
el desamparo y la humedad
comparten colchón.

https://www.youtube.com/watch?v=vRROOrvzIqY
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MensajePublicado: 26 Junio 2020 15:37:40    Título del mensaje: Responder citando

Porqué copias el mensaje.
Con una vez ya tenemos bastante brasa. Razz
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MensajePublicado: 09 Julio 2020 22:28:37    Título del mensaje: Responder citando

Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil Twisted Evil
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MensajePublicado: 05 Enero 2021 15:28:22    Título del mensaje: Responder citando

Cea:
eres un ser anodino, alguien carente de gloria, que no pasara de una simple reseña en los anales del chat.
Pasaste del exotismo, “con cierto toque de simpatía” al paroxismo febril. Al enfermizo mental, el que lucha entre el trastorno afectivo y el trastorno psicótico.
El que siente necesidad de ser “WALLY” entre la multitud.
El voceador que se desgañita, atruena, berrea, grita, alborota.
Eres simple, como el paisaje que ves desde tu ventana; monótono como los ladrillos rojos que decoran las fachadas de tu ciudad.
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MensajePublicado: 07 Enero 2021 17:23:29    Título del mensaje: Responder citando

LucasMalone escribió:
Porqué copias el mensaje.
Con una vez ya tenemos bastante brasa. Razz


No digáis que no es para reír jaja, el brasas, ya eres el mejor brasas de Quedamos.net.

Es lo que tiene andar corto de memoria y de sentido del ridículo, pero que también le ha pasado a otros... Debe ser contagioso.
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Mensajes: 40059

MensajePublicado: 07 Enero 2021 17:52:55    Título del mensaje: Responder citando

nventarte, para que fueras el centro de todas nuestras miserias.

Unos te critican porque haces acopio del foro. Esos, son los mismos que claman derechos para un@s y soslayan, que los ejerzamos otro. Esos mismo que cuando ven que "asomas la patita", en lo que ellos consideran su feudo particicular, intentan humillarte, vilipendiarte, tratándote de indocta, corrigiéndote inmediatamente. Cuando se percatan que no eres tal, intentan confundirte con excusas varias:
-" Tú hablabas de esto yo de lo otro"
-" Nunca fue mi intención", etc.

Otr@s porque tienes varios nicks, y resulta que ell@s tiene el doble que tú.

Una vez, alguien al que quiero y admiro, me dijo que pidera siempre Justicia, que el tiempo me pondría en mí sitio, que me cerciorara del lugar que elegiría.

A ti Cea, el tiempo te ha puesto en tu sitio, y ha evidenciado que l@s hay
peores que tú.

Un saludo afectuoso, de la que suscribe la presente.
De la que no te nombrará más.
De la que públicamente te pide perdón.


PD: Lo cual, no es óbice para que publique este post "in saecula saeculorum".
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Registrado: 18 Oct 2013
Mensajes: 853

MensajePublicado: 07 Enero 2021 21:37:51    Título del mensaje: Responder citando

LucasMalone escribió:
nventarte, para que fueras el centro de todas nuestras miserias.

Unos te critican porque haces acopio del foro. Esos, son los mismos que claman derechos para un@s y soslayan, que los ejerzamos otro. Esos mismo que cuando ven que "asomas la patita", en lo que ellos consideran su feudo particicular, intentan humillarte, vilipendiarte, tratándote de indocta, corrigiéndote inmediatamente. Cuando se percatan que no eres tal, intentan confundirte con excusas varias:
-" Tú hablabas de esto yo de lo otro"
-" Nunca fue mi intención", etc.

Otr@s porque tienes varios nicks, y resulta que ell@s tiene el doble que tú.

Una vez, alguien al que quiero y admiro, me dijo que pidera siempre Justicia, que el tiempo me pondría en mí sitio, que me cerciorara del lugar que elegiría.

A ti Cea, el tiempo te ha puesto en tu sitio, y ha evidenciado que l@s hay
peores que tú.

Un saludo afectuoso, de la que suscribe la presente.
De la que no te nombrará más.
De la que públicamente te pide perdón.


PD: Lo cual, no es óbice para que publique este post "in saecula saeculorum".


El gilipollas... Lo es de cuerpo entero... Bueno, lo has copiado tantas veces que te lo sabes mejor jaja...
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MensajePublicado: 07 Enero 2021 21:57:43    Título del mensaje: Responder citando

nventarte, para que fueras el centro de todas nuestras miserias.

Unos te critican porque haces acopio del foro. Esos, son los mismos que claman derechos para un@s y soslayan, que los ejerzamos otro. Esos mismo que cuando ven que "asomas la patita", en lo que ellos consideran su feudo particicular, intentan humillarte, vilipendiarte, tratándote de indocta, corrigiéndote inmediatamente. Cuando se percatan que no eres tal, intentan confundirte con excusas varias:
-" Tú hablabas de esto yo de lo otro"
-" Nunca fue mi intención", etc.

Otr@s porque tienes varios nicks, y resulta que ell@s tiene el doble que tú.

Una vez, alguien al que quiero y admiro, me dijo que pidera siempre Justicia, que el tiempo me pondría en mí sitio, que me cerciorara del lugar que elegiría.

A ti Cea, el tiempo te ha puesto en tu sitio, y ha evidenciado que l@s hay
peores que tú.

Un saludo afectuoso, de la que suscribe la presente.
De la que no te nombrará más.
De la que públicamente te pide perdón.


PD: Lo cual, no es óbice para que publique este post "in saecula saeculorum".
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